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Todo empezó allá por 1974 cuando un francés llamado François Morant vino a vivir a Vitoria. Él había jugado a rugby y se presentó en el colegio San Viator, cercano a su domicilio,  para proponerse como entrenador de un equipo de rugby. Paco, con su callada labor, fue uno de los mayores impulsores del rugby en Álava. Es una pena que su labor nunca haya sido reconocida, excepto por los que tuvimos el gran honor de entrenar con él.

Aquél equipo comenzó con mucha ilusión, aunque fueron muchos los problemas: A la escasez de equipos con los que competir se unía la desidia, cuando no desprecio, por parte de responsables deportivos del colegio. El fútbol era el deporte estrella, y no había que molestarle. Incluso había que retirar los clásicos palos de rugby después de los partidos para que no molestasen al deporte rey. Durante mucho tiempo el único rival fue el equipo del Reformatorio de Amurrio, que si bien carecía de la técnica de San Viator, lo suplía con una mayor fuerza bruta.

Un estudiante del colegio Sagrado Corazón, Carlos, se apuntó a jugar en Sanvi, con no pocos inconvenientes, como el de entrar y salir a escondidas ya que al responsable deportivo del Colegio no le gustaba que jugase gente de fuera.

Más tarde se incorporó a la arena rugbística Marianistas y después Corazonistas. Antes de la creación de este último equipo, otro estudiante de "Coras", Pedro, se apuntó a San Viator. Después, los dos, dado que habían establecido fuertes lazos de amistad, no quisieron fichar por su propio Colegio y siguieron defendiendo los colores San Viatorianos lo que les acarreó más de un problema. Más tarde se afiliaron dos "coras" más.

La gente fue creciendo y saliendo del Colegio. En 1975 se creó el Agurain Rugby taldea. Los hermanos Iñigo ya jugaban al rugby en Bilbao, y fue Andoni el que propuso a su cuadrilla de Agurain formar un equipo.

Según se iban haciendo "seniors", algunos de los San Viatorianos se apuntaban en dicho club, que al final dio lugar al Gaztedi y al Kirrinka 5000. Puede decirse que Kirrinka comenzó en el verano del 79, montando un bar en la Cuesta para sacar dinero.

En octubre de 1983, antes de un partido con el Gaztedi -nuestro eterno rival- en Gamarra, y dada la poca asistencia de jugadores de Kirrinka, los allí presentes decidimos dar por terminada la aventura. No eran nuestros mejores momentos, ya que no habíamos conseguido ascender de categoría en un partido crucial contra el Kakarraldo de Plencia (al que tradicionalmente habíamos ganado siempre).